Este año se recuerda la publicación en 1963 de la novela Rayuela, del escritor argentino Julio Cortázar. Cincuenta años de una de las grandes obras de la literatura en español.
"Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu
boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por
primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para
deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo,
la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida
entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con
mi mano por tu cara, y que por un azar que no busco comprender
coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi
mano te dibuja.
Me miras, de cerca me miras, cada vez más de
cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más de
cerca y nuestros ojos se agrandan, se acercan entre sí, se
superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las
bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios,
apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando en sus recintos
donde un aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio.
Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente
la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la
boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia
oscura. Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un
breve y terrible absorber simultáneo del aliento, esa instantánea
muerte es bella. Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta
madura, y yo te siento temblar contra mí como una luna en el agua".
Rayuela, capítulo 7
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