jueves, 22 de enero de 2015

Platero y yo está vivo y coleando cien años después



El protagonista del libro no es Platero, el borriquillo blanco de Juan Ramón Jiménez, sino el mismísimo JRJ. Un joven escritor, de 25 años, que vaga sin rumbo por los alrededores de Moguer, su tierra, y retrata a sus gentes y paisajes con mirada de poeta, sí, llena de humanidad solidaria hacia todo lo que le rodea: Aguedilla, “la pobre loca de la calle del Sol”, a la que le dedica el libro; los niños pobres “a los que sus madres, ellas sabrán cómo, habrán dado algo de comer”; y tantos otros a los que con frecuencia ayuda…; las lecturas en el campo; los gorriones, sus hermanos libres, “sin más Dios que lo azul”; el pozo, hondo y fresco, con su higuera en el brocal; el ocaso que todo lo trastorna y lo hace extraño; el canto del grillo, “embriagado de estrellas”… Pero también el hondo malestar y rechazo que le causan las peleas de gallos, “clavándose en saltos iguales los odios de los hombres”; la hipocresía de don José, el cura, que remueve el cielo tirando palabrotas y guijarros…
No se trata, está claro, de un cuento infantil, sino de una serie de estampas, escenas o pequeños cuadros repartidos en capítulos muy cortos. En ellos nuestro poeta pasea solo o en compañía de Platero, confidente de sus emociones, y expresa con simpatía, y tantas veces ternura, el amor por su tierra y su infancia ahora recuperadas tras unos años fuera. El poeta, el hombre real que es Juan Ramón, idealiza, estiliza o evoca en estos cuadros; pero son escenas vividas aunque embellecidas por el recuerdo, escritas a menudo en una prosa rebosante de sensaciones todavía modernista.
Su autor dejó escrito en la edición de 1914 escogida para los niños, que Platero y yo: “estaba escrito para… ¡qué sé yo para quién!..., para quien escribimos los poetas líricos.” Ahora han pasado cien años, y Platero y su dueño siguen llevándonos de la mano por los campos y callejas de Moguer.

¿Qué pasó en El Mazucu en 1937?



Dámaso García Ardisana, nacido en El Cuetu y protagonista de ficción de esta novela basada en nuestra propia historia, nos la cuenta en primera persona.

Recién incorporado como voluntario para defender a la República, las tropas rebeldes de la I Brigada Navarra entran en la villa de Llanes. Y Dámaso se atrinchera con lo que queda del Ejército republicano del Norte en la Tornería. Desde allí, como enlace del alto mando, tiene que atravesar constantemente las líneas enemigas, arriesgando su vida a cada instante. Eso le da un conocimiento privilegiado de todo lo que sucede en el frente, que anota, primero en su diario, y luego en sus crónicas de guerra, con tal verismo que ahora sus lectores las revivimos casi en carne propia.

Pero el relato da un giro ucrónico: la Guerra Civil se alarga convertida en otro frente más de la 2ª Guerra Mundial. Asistimos a la decisiva batalla de Oporto y, por fin, a la justicia poética de un Proceso de Burgos que sienta en el banquillo a toda la cúpula de la rebelión. Nuestro cronista, ahora también involucrado sin quererlo en una red de espionaje, es acusado de traición a la República. ¿Estará a salvo el futuro por el que tanto luchó?


Agustín Bodega Molina nació en 1955 en Madrid, donde reside. Pero pasa largas temporadas en nuestro concejo, lo que le ha llevado a escribir este hermoso canto a la libertad imbuido de auténtico amor por las gentes y los paisajes llaniscos. En un infrecuente gesto altruista y solidario, destinará los beneficios que pueda obtener con la venta de esta novela a becas de estudio para los alumnos de Llanes. 

 
Será el futuro o Dámaso, cronista de guerra
Agustín Bodega Molina
Olé libros. Madrid, 2014
509 páginas. 15 euros


Será el futuro puede adquirirse en todas las librerías de Llanes y en las Casas de Cultura de Llanes, Nueva y  Colombres (Ribadedeva). Colabora el ayuntamiento de Llanes. Su precio es de 15 €, más gastos de envío si se solicita a través del correo electrónico: palbodega@hotmail.com